AMAZONOMAQUIA

A la simple enunciación de la palabra Grecia un nuevo mundo se presenta ante nuestra imaginación. Aparece entre nosotros enlazada de tal manera con el arte, que en consorcio indisoluble, nos encanta y seduce la antigua historia homérica del gran pueblo y su civilización artística incomparable. Una grata impresión que en el alma despierta el arte clásico.

¿Por qué nos siguen fascinando las amazonas?. Quizás la eterna lucha en busca de la armonía y el equilibrio entre hombres y mujeres, un conflicto atemporal y universal. Y esos relatos nos siguen sugiriendo que es posible alcanzar relaciones de género igualitarias. Sin embargo, que las bélicas e intrépidas mujeres con libertad sexual azotasen una sociedad patriarcal no permitía siempre su representación victoriosa, creadas en ocasiones para que los héroes griegos pudieran derrotarlas, para su propia gloria.

Resulta ser un tema recurrente en el arte clásico. La amazonomaquia, o batalla entre griegos y amazonas, fue frecuentemente representada en el arte griego desde el periodo arcaico. En mitología conformaban una nación de mujeres guerreras, descendientes de Ares, el dios de la guerra, provenientes de Asia Menor. Caracterizadas por el gorro frigio y semidesnudas por la túnica sujeta en el hombro izquierdo que dejaba el seno derecho descubierto, contraste de belleza y fiereza.

La victoria griega contra los persas proporcionó las condiciones para elaborar el mito y transformarlo en una alegoría del triunfo sobre el enemigo oriental. Así edificios públicos en Atenas explotaron el uso de temas míticos o imágenes a gran escala como medio de conmemorar la victoria en las Guerras Médicas y por lo tanto utilizadas más tarde en el monumento más importante de la ciudad: el Partenón. Aquí, son catorce las metopas del lado oeste bajo el frontón, que tienen la amazonomaquia como protagonista.

Los antiguos griegos se sintieron fascinados por las amazonas, formidables jinetes y arqueras que se batían en combate de igual a igual con los varones, tan valerosas y diestras en la guerra como ellos, también peligrosas como se las mostraba en el arte y la literatura. La idea resultaba tan incitadora como inquietante, sentimientos encontrados en Grecia, que inspiraron gran número de historias trepidantes, argumentos representados en la decoración de la cerámica doméstica y en la estatuaria pública, con intensas escenas de batallas adornando edificios y templos.

Homero se refirió a ellas en dos ocasiones en "La Ilíada" como “aquellas iguales a los hombres”.

“When women get together without allowing petty-minded resentments to intrude, a kind of power arises in which men cannot participate”. Lyn Webster Wilde, (2016) A Brief History of the Amazons.