La revalorización del oficio del escultor y la decidida apuesta por la talla directa es el verdadero camino que seguimos en Da Capo Escultura. Una travesía de semanas o meses de arduo trabajo y también de magia, que constituye una dedicación enormemente grata, intensa y placentera.
En el proceso, la interpretación imaginativa y hábil de la experiencia vence las dificultades de la estructura física de la piedra con unos sencillos útiles que no han variado a lo largo de la historia y cuyo uso determina el dominio acertado en la operación de sustracción, el dominio acertado que hace brotar el diseño ideado.
Y lo que no atañe a la forma sino a su aspecto es el acabado. Prestamos especial atención durante la fase de labrado en taller a las superficies que quedarán vistas. Es por lo tanto un valor estético que además responde a otras cuestiones que defienden y buscan la aproximación a prácticas más puristas.